La escena es la siguiente: último día de clases, despedida a los egresados, calor insoportable, como es costumbre en todas las escuelas de la capital federal, los baldazos de agua no tardaron en aparecer, el problema surgió cuando la rectora Raquel Papalardo, de 32 años de trayectoria en el Mariano Acosta, agarró una manguera y mojó a los chicos, participando del juego, todo término en abrazos entre la Rectora y los estudiantes. Los chicos colgaron el video en la web y desde el gobierno de la ciudad echaron chispas, ¿cómo es posible que Papalardo juegue con los pibes? ¿A dónde quedó la autoridad? Se preguntaban azorados desde el gobierno porteño.
domingo, diciembre 21, 2008
Un Baldazo de agua fría a la educación
La escena es la siguiente: último día de clases, despedida a los egresados, calor insoportable, como es costumbre en todas las escuelas de la capital federal, los baldazos de agua no tardaron en aparecer, el problema surgió cuando la rectora Raquel Papalardo, de 32 años de trayectoria en el Mariano Acosta, agarró una manguera y mojó a los chicos, participando del juego, todo término en abrazos entre la Rectora y los estudiantes. Los chicos colgaron el video en la web y desde el gobierno de la ciudad echaron chispas, ¿cómo es posible que Papalardo juegue con los pibes? ¿A dónde quedó la autoridad? Se preguntaban azorados desde el gobierno porteño.
jueves, diciembre 11, 2008
Papá Noel
a quien le gustaba esta historia.
Se despertó temprano ara ir al colegio, ciertamente no le gustaba ir a la escuela y menos aún, tener que levantarse temprano para eso. Por lo tanto su humor no era el mejor y casi siempre se trenzaba en lucha con su padre mientras éste intentaba vestirlo. La escena era más o menos así: el chico lloraba, y su pobre padre trataba de ponerle el uniforme, la pelea no era del todo pareja, ya que el niño contaba con apenas 5 años de vida.
Lo más difícil era quitarle el pijama (o se escribe la pijama, nunca lo supe), ya que se aferraba a el fuertemente, a medida que el padre lograba quitarle alguna prenda la desesperación de su hijo aumentaba. En la misma proporción aumentaban sus gritos y patadas, farfullando frases como “al colegio no, al colegio no.” La lucha continuaba hasta el momento de ponerle las medias, ahí el padre sacaba un as de la manga, para esa altura nuestro héroe yacía sobre la cama matrimonial, agotado por la feroz contienda, a medio vestir y con la cara tan colorada que parecía un globo a punto de reventar, con su oponente en ese lamentable estado de indefensión, el villano tomaba ambos pies de su rival (enrollando sus enormes dedos entre la planta y el empeine) y los sacudía velozmente al mismo tiempo que decía “mucho gusto”, esto causaba una reacción inmediata en el niño, no podía lograr contener las carcajadas y por lo tanto el malhumor se esfumaba (ya que una ves que uno se ríe es casi imposible seguir enojado) de manera que este era el punto débil de nuestro joven héroe, y la razón por la cual siempre se veía derrotado.
Una vez que llegó al colegio se encontró con sus compañeros de clases en una acalorada discusión sobre el verdadero significado de la navidad, en realidad discutían sobre la existencia de Papá Noel, pero si lo miran bien es más o menos lo mismo. Cuando se acercó al grupo para preguntar qué sucedía, uno de sus amigos lo miró fijo y le dijo:”¿me vas a decir que vos tampoco sabías que Papá Noel es tu papá?” la frase quedó como suspendida en el aire “Papá Noel es TU papá”… el tiempo pareció detenerse “Papá Noel es TU papá” simplemente no podía creerlo, cómo era posible que ese hombre que todas las mañanas peleaba con él tratando de vestirlo fuese Papá Noel, talves en ese momento le encontró lógica a la vestimenta, claro si mi papá es de River- debió pensar- por eso es rojo y blanco su uniforme, un orgullo comenzó a subir hasta el pecho de nuestro ingenuo héroe, Papá Noel… es MI PAPÁ, se repetía para sí mismo, pronto comenzó a preguntarse: ¿cómo era posible que nunca lo hubiera descubierto?, peor aún ¿cómo era posible que su padre no se lo hubiera confesado?, peor aún ¿por qué no le regalaba todo a él en lugar de subirse a un trineo a repartir regalos a otros chicos? Trataba de recordar navidades pasadas, pero no lograba encontrar el momento en que su padre subía a un trineo de renos, “me hubiera dado cuenta” se decía. Por esos momentos la confusión era enorme, no comprendía a qué respondía que su padre nunca le hubiera admitido su verdadera identidad, pero por otro lado, no veía la hora de ver su taller.
Todo el día lo pasó así, fantaseando con la idea de poder dar un viaje en el famoso trineo de Papá Noel- SU papá. Justo unos minutos antes de terminar la clase, le comentó a el nene que le había dicho la verdad sobre la navidad, que talves un día le presente a Papá Noel, y que si quería hasta lo invitaría a pasear en trineo en alguna oportunidad. Pero no, no, no entendiste nada- le dijo su amiguito- mi papá es mi papá Noel, tu papá es TU papá Noel y así…
viernes, noviembre 21, 2008
Tabaré le dijo no al aborto
Luego de que el proyecto fuera discutido en ambas cámaras y aprobado como ley, el Presidente de Uruguay decidió "por cuestiones filosóficas y biológicas" vetar los tres artículos que no convencían a su moral cristiana.
viernes, noviembre 07, 2008
La remolacha también siente
Hace mucho tiempo que hay un tema que me da vueltas en la cabeza. ¿Qué extraña fuerza
cósmica motiva a una persona a ser vegetariana? no hablo de aquellos a los que el sabor de la carne no les agrada, sino a los vegetarianos ideológicos.
En búsqueda de una respuesta que satisfaga mis inquietudes me encontré con diferentes argumentos; están aquellos que se apoyan en teorías como la de que comer carne de animal es un acto bárbaro y fascista, otros que dicen que lo hacen para no cargar en sus pequeñas y cerradas consciencias con la vida de un ser vivo. Hay muchos que entre los argumentos para ser vegetarianos nos dicen que lo hacen por que hoy en día los animales que son destinados a la industria alimenticia mundial son maltratados, son confinados a espacios mínimos, que por ejemplo las gallinas son atiborradas de hormonas, antibióticos y cualquier otro producto engordante que aumente el rendimiento. La lista de argumentos es interminable. En un primer análisis -dejando de lado que no hay placer culinario que se asemeje al asado- uno estaría de acuerdo con esta noble gente, y hasta incluso pensaría razonablemente en convertirse directamente al vegetarianismo.
Es en este punto en donde la teoría cae desde un precipicio hasta hacerse añicos contra el suelo; los vegetales… tienen vida. Es más, cuando comemos una inocente ensalada de tomate y lechuga, nos estamos comiendo seres vivos, los estamos matando con nuestros propios dientes.
Teniendo en consideración esto último repasemos los argumentos citados al comienzo nuevamente, ¿qué acto más bárbaro que terminar con la vida de una papa friéndola viva? En cuanto a que los animales son maltratados, basta con ir al Coto del barrio para encontrarnos con un espectáculo lamentable: pilas y pilas de pobres vegetales esperando que algún asesino aparezca con ganas de comerse una inofensiva ensaladita, y encima estos pobres vegetales tienen que soportar la humillación de ser toqueteado y olfateado por los verdugos antes de ser devorados en algunos casos vivos y en otros muertos de maneras horribles.
Por último, esta gente parece ser que nunca oyó hablar de los tomates transgénicos.
Así que ya sabes, la próxima vez que te de pena o lastima comer carne y pienses en prepararte unas ricas papas con crema, toma a esa papa y mírala bien, porque su vida esta en tus manos.
miércoles, noviembre 05, 2008
La milanesa con papas fritas de la mala educación

Parece ser que en esta maldita ciudad la tradición es no mirar al otro, no es solo no saludarlo o no darle el asiento en un colectivo, la tradición parece ser no mirarse, encerrarse en una especie de cajita de cartón. Es la actitud típica de aquellos que día tras día vacían sus bolsillos y tiran en la vereda todo tipo de papeles y basura (total, si todos lo hacen) para luego quejarse cuando sus autos se quedan un día de lluvia por que los desagotes no dan a basto, y ahí arremeten en contra del gobierno de turno, hablando de vergüenzas y todo tipo de argumentos muy ciertos, pero de la culpa de uno ni hablar.
Yo por lo pronto, trato de salir de la cajita de cartón y mirar a ver qué hay afuera, no siempre es lindo, pero vale la pena.