Amigos ¿Quiénes son los amigos?

¿Qué es la amistad?
El momento más romántico de mi vida sucedió hace cuatro veranos y tuvo como protagonistas a quien escribe y su mejor amigo de la infancia.
Luego de una veraniega y agitada noche en una discoteca de Villa Gesell, mi compañero de viaje- que sigue siendo tan amigo como en ese entonces- no se contentó con ir a dormir y decidimos ir a la playa.
Promediaban las 6 de la mañana, por lo que la playa estaba todavía desierta, yo me acurruqué en la arena y me dispuse a dormir mientras mi camarada tocaba la guitarra. Fue entonces cuando muy a lo lejos veo venir una figura, eran dos hombres que se acercaban caminando por la orilla. Lo primero que pensé (como todo porteño desconfiado) fue que íbamos a ser víctimas de un asalto, por lo que me senté intranquilo a fumar un pucho. Las figuras de aquellos dos hombres pronto se hicieron un poco más visibles y pude percatarme de que eran dos muchachos, el sol no me permitía distinguir sus rostros, uno de ellos era un tanto gordito, ese es mío, pensé en decirle a mi amigo, quien seguía destrozando a la vieja criolla en la arena (debo decir en su favor que en estos años mejoró notablemente) pero no quería preocuparlo sin sentido. Sin poder resistir la intriga de saber si iba a ser asaltado por aquellos muchachos o no, me paré y puse mi mano a modo de visera para taparme el sol y miré hacia los jóvenes que se acercaban. No daba crédito a mis ojos, ¿es? Nahhh qué va a ser... pero tiene que ser... ¡y era!. El adolescente, un tanto gordito, que caminaba por la orilla junto a un amigo era el Russo, mi amigo de la infancia. Y ahí todo fue como en esas comedias románticas que sólo vemos en los micros, ambos corrimos por la arena varios metros y casi en cámara lenta hasta estrecharnos en un abrazo. Vuelvo a repetirlo, fue el momento más mágico y romántico de mi vida.
Me puse a pensar en esta anécdota, reflexionando sobre la amistad. Recuerdo que durante el año pasado, en una clase, surgió el tema de que los amigos son la familia que uno elige. En ese momento se me vino a la mente una imagen muy recurrente que suele repetirse con otro de mis mejores amigos (casualmente el de la guitarra) – un personaje un tanto maniático de la lucha en contra de las migas- yo suelo hacer mucha basura a mi alrededor, sobre todo migas, siempre pateo un vaso y ese tipo de cosas, cada vez que tiraba un vaso en su casa, yo –como queriendo justificar mi torpeza- le decía – y bueno, vos me elegiste como amigo, nadie te obligó, ahora jodete . En cierta ocasión me contestó -creo que un poco molesto por el tercer manchón consecutivo del día de coca en la alfombra- ¿ y quién te dijo que los amigos se eligen? vos sos mi amigo y punto. (¿es redundante poner “y punto” y luego un punto?)
Aquí el primer gran dilema en torno a la amistad: ¿uno elige a sus amigos o solamente aparecen y ya?
La primera respuesta obvia que cruza mi mente es que sí, que uno los elige conscientemente, que nos acercamos a gente con gustos parecidos, con ideas similares, pero en seguida me puse a pensar en que mis mejores amigos no coinciden conmigo en muchas cosas, algunas muy internas o ideológicas, es más, en muchos casos hasta son antagónicas. Esto me llevó a realizar una pequeña encuesta por Internet. Uno de los argumentos que recogí es que las experiencias vividas son un factor determinante para la amistad. Coincido, pero para que esas experiencias hallan ocurrido uno tuvo que acercarse a esa persona.
Me cansé así que les dejo el tema y si alguien tiene respuesta será bienvenida.
Como adelanto, estoy pensando últimamente: ¿existirá la amistad a primera vista?